lunes, 27 de septiembre de 2010

Navarro, el MVP español por excelencia

El Regal Barça ha revalidado su título de campeón de la Supercopa de España al vencer este sábado al Power Electronics. A su vez, Juan Carlos Navarro ha repetido galardón: el de jugador más valioso de la competición.

Otro título individual más que se lleva el de Llobregat y que recibe el mismo año en que fue nombrado MVP de la Final Four, integrante del quinteto ideal de la Euroliga y miembro del mejor quinteto de la década de la Euroliga. Y todo esto sólo en un año, pero si analizamos su extenso currículum entre distinciones individuales, copas con el Barcelona y títulos con la selección es inevitable hacerse una pregunta... ¿Es Juan Carlos Navarro el mejor jugador de la historia del baloncesto español?

Pensemos en los candidatos a tan honorífico título que me acabo de sacar de la manga. Si cogiéramos cinco pelotas de un bombo plagado de bolas con nombres de baloncestistas repetidos tantas veces como buen juego hicieron en su época estarían además de la Bomba, Epi, Corbalán, Fernando Martín y Pau Gasol. Al menos para mi este sería el quinteto ideal del baloncesto que hemos vivido hasta ahora.

Fernando Martín fue el primer español en jugar en la NBA en una época en el que el baloncesto no estaba ni la mitad de avanzado que ahora, y bajo este contexto, consiguió junto con otros dos de mis nominados -Epi y Corbalán- la histórica medalla de plata en Los Ángeles 1984. Una hazaña para la época de la que debemos estar muy orgullosos. El madrileño además hizo un contrato récord a su vuelta al Real Madrid, su dorsal número 10 es el único retirado en el club blanco e incluso tenía videojuego: Fernando Martín Basket Master.

Aunque menos mediático que su compañero de selección, Juan Antonio Corbalán es toda una institución en nuestro baloncesto y su nombre sale a relucir con frecuencia cuando se habla de Ricky Rubio porque el base madrileño debutó a los 17 años y está considerado el mejor conductor europeo de su época. Entre los títulos en su haber se encuentran 12 ligas, 1 copa Korak, 1 mundialito de clubes, 7 copas de España, 3 copas de Europa y otras tantas intercontinentales.

En ese grupo dirigido por Antonio Díaz-Miguel en L.A 1984 estaba Juan Antonio San Epifanio, más conocido como "Epi", el mejor jugador europeo de la década de los ochenta según el diario deportivo L'Equipe. Sin Epi la plata olímpica no se podría concebir. Con su trayectoria en mano no quiero ni pensar cómo sería si hubiera jugado en la época de los golden boys ya que en veinte años el baloncesto español y mundial ha evolucionado inconmensurablemente. Los récords del baloncesto español que no ha conquistado Navarro o no conquistó Alberto Herreros-otro de los grandes- los tiene él. Y no son pocos.

El quinto en discordia es el único que en la actualidad hace sombra a Juan Carlos y que, paradojas de la vida, es uno de sus mejores amigos: Pau Gasol. El jugador de Los Angeles Lakers ha conseguido todo lo que se puede conseguir como jugador de baloncesto. O casi todo; le falta ser MVP de la NBA y la pasada temporada estuvo cerca de conseguirlo. Con toda probabilidad Gasol acabará en el Hall of Fame y su número en las esferas del Staples Center.

Por estos logros, sería ridículo negar que Gasol es el mejor jugador español de la historia que llevamos, pero aunque también fuera brillante, su trayectoria en España no es comparable a la de su amigo. El mejor equipo de Europa, el Regal Barça, se ha formado prácticamente en torno a él. La figura de Navarro es también imprescindible para entender todas las medallas que la ÑBA ha cosechado en los últimos años. Su "bomba" ha creado escuela como ya hiciera Bodiroga con su “látigo”. Es un hecho que Navarro formará parte de la historia de la ACB, de la Euroliga y del baloncesto mundial. Es el jugador español que mejor ha jugado en la ACB, el mejor jugador de la historia de nuestro baloncesto.

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Messina sí o no?

El Regal Barça y el Power Electronics Valencia juegan hoy la final de la Supercopa de España. El hecho de que el Power Electronics ganara al vigente campéon ACB, el Caja Laboral -en reformas tras la marcha de Tiago Splitter-, no es mayor sorpresa que el modo en el que el Barcelona se hizo con una plaza en las semifinales: torturando lenta y contundentemente a un inmóvil Real Madrid (89-55).

El equipo de Xavi Pascual llegó a ir 40 arriba del de Ettore Messina, que comenzó la segunda parte con una valoración global de dos cifras escasas por los "méritos" de toda su plantilla -los culés ya iban por el centenar-. Sólo los tiros de Tucker, el orgullo de Felipe Reyes y que el Barça aflojó en el último cuarto les permitió recortar puntos al final, pero la sensación no es como el resultado, no se puede maquillar.

Después de la quincena de cambios que suman desde que Messina llegara al banquillo merengue y de sufrir reducciones en el presupuesto, el equipo no espabila. No creo desencaminarme si digo que lo que le sucede al Madrid es sobre todo un miedo horrible al archienemigo, un sentimiento de infravaloración que un equipo que lleva ese escudo no puede permitirse. Es más, me atrevo a decir que hoy el Barcelona ganará por mucho menos al Valencia, y que de haberse colado el conjunto blanco en la final, ganarían al otro finalista.

Lo del Madrid con el Barça es como si Superman se encontrara con un villano con preaviso de que podría llevar criptonita. Él acude a su cita pensando que es el más fuerte del Universo, pero poco a poco le asaltan las dudas y recuerda la pupa que le hace la roca, entonces se asusta y desaparece del mapa.

Creo que después de una temporada en blanco y un comienzo de la nueva tan bochornoso toca ponerse serios. Para algunos de vosotros pecaré de alarmista o resultadista, pero me he quedado sin argumentos para defender al técnico italiano y no puedo culpar a unos deportistas que han demostrado su compromiso con el club al permitir que les rebajen sus salarios. Además, no son unos cualesquiera, son buenos jugadores. Para mi es evidente que no hay entendimiento entre la dirección y ellos. Eso lo pudimos ver en los dos cambios en los que los jugadores no sabían si debían continuar en la pista o quedarse en el banquillo. Y me desconcierta todavía más que el conjunto merengue sólo haya jugado dos amistosos esta pretemporada -uno de ellos sin sus mundialistas-. Eso no se hace ni en Segunda División Autonómica.

lunes, 13 de septiembre de 2010

EEUU recupera el título de campeón del mundo

Dicen que los estadounidenses consideran que el campeón del mundo de baloncesto es el ganador de la NBA y que por eso sus profesionales no se toman en serio el Mundial. Con esta egocéntrica premisa han justificado dieciséis años de malas actuaciones en el Mundobasket. Más de una década sin títulos mundialistas que terminaron anoche con la victoria del equipo de Mike Kryzewski -'Coach K'- sobre Turquía.

Estados Unidos ha sido el equipo más regular del torneo. Llegó imbatido a la final y aplastó a la anfitriona (64-81) con la destacable actuación de Kevin Durant, MVP del torneo. Los turcos no supieron aprovechar la diferencia de altura en la pintura y se bloquearon ante un jugador de 21 años que quiere quitarle a LeBron James ese puesto de "sucesor de Kobe Bryant". Maneras no le faltan: Es un jugador imprescindible en Oklahoma y con un perfil mucho más afable, tanto en pista como fuera, que cualquiera de los otros dos jugones.

Sólo los brasileños plantaron cara a los norteamericanos. Esto no significa que los chicos de Coach K jugaran bien todos los partidos: las genialidades individuales de sus jugadores salvaron en más de una ocasión a una de las selecciones que más balones perdía por partido. También han ayudado las circunstancias de uno de los mundiales más locos de la última década: una desconocida España luchando por un quinto puesto ante un también incomprensible rival en este partido como la Argentina de Scola; la sensación serbia cayendo contra una Lituania solo seria en la última fase, Brasil ajusticiada por el azar y por los cruces... ¿Alguien ha acertado el medallero al completo?

Pero al Papa lo que es del Papa: EEUU ha sido el justo campeón y este título lo consigue con un grupo de jugadores que ha trabajado más de lo que ha hablado, un equipo sin el síndrome de 'estrellitis' al que nos tenían acostumbrados sus anteriores delegaciones. Han dado una imagen impecable durante todo el torneo, tanto en juego colectivo como en actitud, nunca trataron a sus rivales como actores secundarios y trabajaron en pulir sus errores para parecerse cada vez más a un equipo.

Y todo esto lo han hecho motivados por conseguir una plaza en la plantilla del Dream Team v2.1 que acudirá a las próximas olimpiadas, ya que para Londres 2012 no se cuenta con todos ellos. El Mundobasket ha sido un examen de ingreso para entrar en el combinado que probablemente revalide el oro de 2008. Ahí, en la capital inglesa, con Kobe Bryant, LeBron James, Dwyane Wade o Dwight Howard no puede faltar Kevin Durant. Durantula ha sacado matrícula de honor en este examen que ha sido el Mundobasket y que tan mal sabor de boca nos deja a los españoles, que buscaremos mejorar nota en el Europeo de Lituania.

sábado, 11 de septiembre de 2010

La derrota ante Serbia, días después

Hay noticias que duelen, noticias que toca digerir durante días y que te ves obligada a comentar. Que España no vaya a luchar por medallas en el Mundobasket de Turquía es una de ellas.

En un año plagado de éxitos españoles en las competiciones deportivas tendremos una casilla en blanco en un deporte en el que todo han sido alegrías desde el Mundial 2006 en Japón. Los que desde entonces no nos fallaban, los golden boys, perdieron en cuartos de final contra Serbia cuando los españoles pensábamos que era posible que hiciéramos doblete conquistando los mundiales de fútbol y baloncesto..

Es doloroso ver la repetición que termina con Navarro con la cabeza gacha tras asistir al lanzamiento de un triple loco, un obús destructor. Una bomba que no era suya y que les sacaba del torneo. Es una contradicción para alguien que ama este deporte detestar una genialidad como ese triple de ensueño, un tiro realizado con la sangre fría de un jugón que lanza a canasta desde ocho metros, con un defensor enfrente más alto que él, convencido de que el aro es más grande que nunca.

Imagino cómo se deben sentir los jugadores españoles, las veces que habrán hecho autoanálisis -los deportistas son los peores críticos de su trabajo-, las jugadas repetidas en sus cabezas: en ellas Teodosic no puede tirar o falla el tiro por imposible, o Garbajosa recoge el balón de Navarro y consiguen empatar para jugar una prórroga de la que salen vencedores. Y lo peor de todo es que no pueden irse a casa a desconectar: están condenados a jugar la liga de la galleta que es la clasificación del quinto al octavo puesto. Castigados.

Nosotros, que también hemos repetido esa última jugada enésimas veces, unas de memoria y otras en las repeticiones del encuentro con las que nos apuñala sin querer Marca Tv, nos sentimos defraudados, así que pasamos lista y evaluamos a los protagonistas. Suspendemos a Ricky Rubio y a Marc Gasol, por no estar a la altura de las expectativas que tenemos de los dos jugadores que liderarán la selección cuando otros falten. Suspendemos a Garbajosa por no aparecer hasta ese partido, partido que hubiéramos perdido estrepitosamente si Jorge no hubiera jugado tan bien como lo hizo. Suspendemos a Mumbrú por no ser ese jugador cuestionado pero que a pesar de ser consciente de su pequeño papel te saca las castañas del fuego. Suspendemos a Felipe por verse con dificultades para un baloncesto en el que los postes son cada vez más altos y cada vez más ágiles. Suspendemos a Llull por no recuperarse a tiempo, a Raúl López por llegar a destiempo, a Fran Vázquez, Claver y San Emeterio por no tener tiempo.

Suspendemos a un equipo que ha jugado su peor torneo, despotricamos y nos olvidamos de que fueron ellos los que abrieron la veda de todo: la pocha, los cánticos del “camarero”, el Mundial y el Europeo. Que Calderón aparezca en Turquía cuando sus compañeros ya no se juegan nada demuestra lo importante que era para todos ellos esta competición y lo que es más bonito: lo unidos que están los todavía campeones del mundo.

Puede que nos sintiéramos engañados por lo que pasó frente a Serbia, pero ahora, en frío, la sensación que nos debería quedar es la de que tenemos un equipo del que no podemos dejar de sentirnos orgullosos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Serbia busca la revancha del Europeo

Este Mundobasket va de finales. Primero llegaron los griegos y ahora los de Scariolo se enfrentan a los serbios, los máximos rivales de España en el Europeo de Polonia: los que dejaron en evidencia a la ÑBA en el primer partido (66-56) y a los que aplastaron Rudy, Gasol y compañía en la final (85-63) para alzarse con el título.

No son los mismos, y esto no lo digo por las tres novedades de su banquillo -Basic, Savanovic y Keselj-. Ha pasado un año, el tiempo de cocción justo para que este equipo joven -20 a 27 años- sea un rival sólido y temible. Son un proyecto hecho producto. Son la gran esperanza para los países balcánicos, que llevan años reconstruyendo su juego tras perder el monopolio baloncestístico.

En lo que llevamos de Mundial Serbia sólo ha perdido contra Alemania en un partido en el que no contaba con los sancionados Teodosic y Krstic. El base es uno de los mejores jugadores de Europa; el pívot, jugador de Oklahoma City Thunder, es el principal referente de su juego.

En la final europea el combinado español venció a los serbios a base de triples, una defensa zonal asfixiante y la supremacía de Pau y Felipe Reyes en el rebote ofensivo. Pero ni contamos con Pau ni nuestros números han sido tan buenos estos días. A favor del equipo de Scariolo está el momento en el que llega a este partido su banquillo: en octavos contra Grecia los mal llamados “segunda línea” consiguieron la victoria española. El equipo ha llegado al punto de partida.

Será un partido ajustado, un verdadero examen entre dos aspirantes a campeones del mundo. Ninguno está por casualidad. Nuestra rival de cuartos de final es la selección de moda entre los videntes del baloncesto: ellos apuntan que el reinado español acabará a manos de los serbios. Hoy podría ser el día… Yo no lo creo así.


Atentos a…

Milos Teodosic: En el partido contra Croacia el base serbio no estuvo fino. El vendaje de su mano podría deberse a un dedo roto. Sería una gran noticia para España que el MVP de la Euroliga estuviera tocado: de no ser así probablemente Dusan Ivkovic le encargue la tarea de asfixiar a nuestros conductores, nuestro punto débil en comparación con otros años.

La línea de 6,25: Con las incorporaciones de Rasic y Keselj, que superan el 50% el porcentaje de aciertos en triples, Serbia vuelve a presumir de escuela de tiro.

La pintura: A pesar de su acierto en la periferia, la defensa individual no parece una opción con Felipe y Marc tocados. El planteamiento defensivo en el Europeo funcionó, así que en un partido de zonas el duelo NBA en el poste entre Marc Gasol y Nenad Kristic será decisivo.

¿Reyes del mundo o príncipes de Asturias?

La selección española de fútbol ha recibido dos cosas en un mismo día: el galardón Príncipe de Asturias de los Deportes y una buena tunda (4-1) en el amistoso contra Argentina. Como mi otro trabajo me ha impedido ver cómo Marchena dejaba de ganar partidos con la selección, cómo Villa no batía el récord de Raúl, el resbalón de Reina y el gol de Messi, voy a comentar la otra noticia futbolística del momento: el premio. Importantísimo.

Ni el plusmarquista etíope Haile Gebreselassie ni la primera mujer en coronar todos los ochomiles, Edurne Pasabán, han podido con La Roja. En la evaluación ha pesado más la alegría de un pueblo con futbolitis que todavía sonríe cuando se menciona a Iniesta que la dificultad de los logros de los otros dos deportistas.

Si barremos para casa, como este premio hace –en once de las veinticuatro ediciones ha recaído el mérito en deportistas nacionales- , Pasabán hubiera sido la elección políticamente correcta: la alpinista ha arriesgado su vida en más de una ocasión para conseguir lo que está en manos de muy pocos intrépidos. Pero seamos sinceros… ¿Eso nos pone a los españoles? No. Nosotros queríamos ganar en lo del fútbol, un deporte al que todo el mundo juega y en el que nos hemos llevado más palos. Y estos premios viven del pueblo. Además, en 2006 la selección española de baloncesto recibió el Príncipe de Asturias el año en que se convirtió en campeona del mundo, sentando así un precedente para lo que ha ocurrido ayer. Un argumento que viene al dedo con los últimos galardonados.

Si nos ponemos serios y cogemos la lupa con una mano y la pipa con la otra al más puro estilo Sherlock Holmes descubrimos que es más difícil averiguar qué baremo emplean los jueces de esta condecoración que descifrar cualquiera de los misterios del detective más famoso de la ficción. Aquí os dejo unos cuantos datos.

- En 2002 otra selección de fútbol se llevó el galardón asturiano: la de Brasil. Y esta decisión no sólo estuvo motivada porque en ese mismo año la canarinha había levantado la Copa del Mundo, sino porque lo hacía por quinta vez. Con la nueva entrega ponemos a la misma altura a la heptacampeona que a la campeona. ¿Qué pasa con Uruguay?

- Fernando Alonso recibió este honor en 2005, año en el que consiguió su primer mundial de F1. Michael Schumacher, con siete mundiales en su haber, no lo hizo hasta 2007, al poco de anunciar su retirada. Se aplica el “los españoles delante para que el pueblo no se espante”.

- Otro correctivo del evidente patriotismo de esta condecoración fue aplicado en 1999 cuando lo ganó Steffi Graff -única tenista contando hombres y mujeres en ganar el Golden Slam-. Un año antes se lo habían dado a Arantxa Sánchez Vicario.

- La atleta Yelena Isbaneyeva obtuvo el trofeo en 2009, año en que quedó eliminada del Mundial de Berlín y su único año sin oro desde 2004. No había otro año mejor, no.

- En 2003 una competición recibe el galardón: el Tour de Francia. Antes de eso, en 1992 se lo dan a Indurain y en 2000 a Armstrong. ¿Tiene sentido premiar a una competición? ¿O es que ningún deportista destacó en 2003?

- Hace un año se descartó la elección de Ussain Bolt porque no podía ir a la ceremonia de entrega. La asistencia se ha convertido en una máxima para obtenerlo.

- Deportistas españoles como Carlos Sainz, Marta Domínguez –nominada este año-, Gervasio Deferr o Gemma Mengual no lo tienen.

- Michael Jordan tampoco. ¿Hola?

sábado, 4 de septiembre de 2010

Grecia se enfrenta a su lobo feroz

Hoy se cumplen cuatro años de la final del Mundobasket de Japón. El destino ha querido que esa final entre Grecia y España se repita en octavos de final del Mundial de Turquía.

En estos cuatro dorados años, la ÑBA se ha enfrentado en campeonatos oficiales en tres ocasiones a los griegos. La más importante fue un día como hoy en Saitama: España se proclamaba campeona del mundo de baloncesto tras vencer a Grecia por 70-47. Los griegos llevaban años sin verlo tan cerca, después de ser verdugos de EEUU no esperaban un equipo tan superior como el español y se quedaron sin título.

También se vieron las caras en el Europeo madrileño de 2007, España ganó a Grecia en semifinales. El partido fue una final en sí, mucho más ajustada que en Saitama (82-27), y los españoles acusaron el desgaste en la final que perdieron contra los rusos. Hace un año, en Polonia -Europeo que sí nos llevamos- echábamos de la final a los griegos, otra vez con una cómoda victoria (82-64).

Quizás por esto, a la selección dirigida por Jonas Kazlauskas le valía con perder contra los rusos y así evitar el encuentro de hoy. Sin embargo, los neozelandeses estropearon los cálculos helenos al vencer a Francia, lo que nos lleva al partido de esta noche en el que se enfrentarán contra su lobo feroz.

Lo cierto es que no sabemos si este lobo que es nuestra selección es tan feroz como lo era antaño. En general, su juego ha estado muy lejos de lo deseable en una campeona que busca revalidar título. No obstante, Grecia, que era una de las fijas en las quinielas por medalla junto con EEUU y España antes de comenzar el campeonato, tampoco ha podido ganar a los platos fuertes del menú del grupo C y llega al cruce como España con sólo tres victorias de cinco partidos.

Juan Carlos Navarro, que vuelve a la competición después de sus dolores de espalda, ha expresado a la perfección las diferencias que hay entre la fase regular y lo que viene después: "Ahora empieza lo bueno: o ganas o te vas a casa". Esto quiere decir que da igual en qué posición llegues a octavos, ningún equipo ha enseñado sus cartas ocultas ni sus jugadores han sacado todo lo que tienen porque los partidos no eran a vida o muerte. Por fin podríamos ver a la España alegre o, por otro lado, a la Grecia inquebrantable. Quien gane esta noche tiene todas las papeletas para llegar a la final. Allí esperarán EEUU con casi toda seguridad, o Argentina, nunca se sabe.


Atentos a...

El rebote: Que a Sofoklis Schortsianitis le llamen Baby Shaq no sólo se debe a su tamaño, es uno de los máximos anotadores de su equipo y Marc Gasol tendrá que trabajar igual o más que en Japón para echarle de la zona. En la pintura también estará Ioannis Boruosis que además de ser un buen reboteador tiene un buen porcentaje a media distancia. En la fase regular hemos suspendido en el apartado de rebotes, si hoy no mejoramos, estamos fuera.

La defensa: Sufriremos con Vassilis Sapanoulis, el líder del ataque griego. Tiene un gran porcentaje en la línea de 6, 25 y sus penetraciones son mortales. En la fase regular, los españoles tuvieron problemas con los cambios defensivos y las salidas de bloqueo. A Spanoulis no se le puede dejar ni un metro, como tampoco podemos dejar que Dimitris Diamantidis campee a sus anchas. Es un jugador polifacético, lo mismo sube el balón que postea y no ha demostrado todavía su mejor juego.

Los tiros libres: Todos conocemos el juego griego. Va a ser un partido de faltas. Los españoles no pueden permitirse fallar tanto en la línea del tiro libre, en un partido ajustado como el de hoy pueden ser decisivos.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La ÑBA se complica su camino a la final


Cuando parecía que Rudy Fernández había vuelto, cuando veíamos la primera derrota en el Mundial como un mal día, cuando las caras de los golden boys volvían a ser alegres ante los canguros neozelandeses, perdemos contra Lituania (73-76), un rival al que hemos ganado dos veces en durante la preparación del Mundobasket.

Con una ventaja de 18 puntos al empezar la segunda mitad del encuentro contra Lituania, nada hacía presagiar este estrepitoso batacazo. Pero dejaron de entrar las canastas, no capturábamos rebotes -llevan ausentes lo que llevamos de competición- y llegó la muñeca del este. Un parcial de 12 a 0 aceraba a los lituanos a nuestros fueros y el equipo de Sergio Scariolo sólo tenía ataques precipitados para combatirlos.

El seleccionador español tuvo que pedir un tiempo muerto para explicarles a los vigentes campeones del mundo que tenían que alargar sus posesiones, salir de los bloqueos por delante en la línea de 6,25 para impedir más triples y aprovechar la estatura y capacidad de Marc Gasol en la pintura y que los adversarios estaban en bonus.

Los lituanos hicieron su juego: aprovecharon los desajustes de la zona española -alternar más los sistemas defensivos hubiera venido bien- y llegaron a los últimos segundos de las posesiones con mucha circulación de balón y tajantes inversiones. Justo lo que la ÑBA no consiguió hacer. Con el resultado en contra, los de rojo se encomendaron a la calidad individual de sus jugadores lo cual fue un error ante una defensa de cinco hombres que colaboraban. Los últimos minutos no fueron malos, pero llegaron tarde, volvimos a dormirnos en nuestro colchón de reyes.

Con esta derrota España queda tercera en uno de los grupos más asequibles del torneo y con gran probabilidad nuestros rivales en octavos podrían ser los griegos. En cuartos la imbatible EE.UU. El choque contra Grecia, de ser tan intenso como el del Eurobasket madrileño, nos dejaría muy desgastados para afrontar un partido contra Kevin 'Durantula' y compañía.

¿Que se puede llegar a la final? Sí, pero sólo si recuperamos la sonrisa, esa faceta tan característica y mágica de nuestro juego que hace que el balón fluya y termine dentro de la canasta. Tiene que volver la alegría a nuestros jugones para que acabemos todos contentos.