A nadie se le ocurriría servir la cabeza de Pep Guardiola en una bandeja. No existe esa sensación que paradójicamente está a la orden del día por parte de los madridistas, que ven en eso un fracaso imperdonable y un finiquito para el mister.
El Barça ha llegado muy lejos en las competiciones, las lesiones no le han respetado y ha pagado la messidependencia, la iniestadependencia y las pocas rotaciones en el banquillo. Nada que no pueda arreglarse para la próxima temporada.

Extrañamente, de esta derrota de la que no es partícipe el Real Madrid sale reforzado Pellegrini. Y gracias a la victoria del que estaba llamado a sustituirle: el "especialito" Mou.
El 22 de mayo el Barcelona no estará en el Bernabéu y los madridistas se ahorrarán los aspersores del cierre. Florentino Pérez no podrá evitar ver a sus descartes en la mayor competición europea: Robben y Sneijder -el cojo y el borracho, como bromeaba La Libreta- vuelven con la cabeza alta a Chamartín. Pero el 22 de mayo está lejos y ahora hay que prepararse para lo que suceda en Anfield. Esta es la noche del Atlético de Madrid.

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