lunes, 26 de abril de 2010

El inevitable Raúl González

Todo empezó en La Romareda un 29 de octubre de 1994. Ahí, por primera vez, Raúl González Blanco pisaba el césped para debutar con el que sería el equipo de su vida: el Real Madrid.
Se plantó una camiseta azul de la marca Kelme que anunciaba Teka -sí, esa que dibujábamos para jugar con las chapas los de mi generación- muy ancha, y unos pantalones más adecuados para su cuerpo de un niño de 17 años.
Pese a su juventud, Raúl no se acongojó y creo un par de situaciones peligrosas, aunque no hubo gol del 7 del Madrid ni victoria para el equipo merengue.
Una semana después, Raúl debutaba en el Santiago Bernabeu en el derbi con dos goles y una asistencia para Zamorano. La apuesta del entonces entrenador del Real Madrid, Jorge Valdano, parecía segura, tan segura que se ha convertido en el referente del madridismo tras dieciséis temporadas defendiendo los colores del Club.
El sábado, Raúl volvía al estadio en el que debutó, en un momento en el que se habla de su posible salida del conjunto blanco en junio. Todos los periódicos remarcaron esta fecha importante para el madridista. No sé si alguno se esperaba lo que pasó después.
En el minuto 14 saltó al campo para suplir al lesionado Van der Vaart. Antes del descanso chocó con Edmilson, quien cayó en el tobillo derecho del capitán blanco. Los gestos de dolor eran significativos, pero Raúl pidió a Pellegrini que le aguantara un poco más. Podría ser su último partido con el Madrid y en un campo que le ovacionó con su entrada. No quería retirarse sin hacer el último esfuerzo.
Y llegó el gol. Al minuto 50, justo una jugada antes de que el madrileño pidiera el cambio por no soportar el dolor. "El gol del cojo" y otro récord para “el eterno 7”: 228 goles, uno más que Di Stéfano. Tercer mayor anotador de la historia de la Liga tras Telmo Zarra y Hugo Sánchez.
El hombre récord del Madrid, el capitán, el modelo del madridismo, el mayor aprovechador de rechaces, el que emplea cualquier parte de su cuerpo para marcar, aquel que celebra sus goles con un beso a su anillo, el jugador que todos los madridistas aman, los rivales respetan y los anitmadridistas detestan... El que no hace nada, el suplente de los 14 millones, el gran debate de La Roja, el de siempre, el decisivo, el inevitable... metía al Madrid en el partido y en la Liga. Y sus compañeros, agradecidos, le regalaron el balón del partido.
Su lesión supone dos o tres semanas de baja. Podrá jugar el último partido de la jornada contra el Málaga. Algo me dice que saldrá al campo en la penúltima, contra el Athletic y en el Bernabeu, su casa.



ACTUALIZACIÓN (12.06h): Acaban de anunciar que su lesión necesitará más tiempo. Puede que hayamos asistido al último gol con la camiseta blanca de este jugador único. Se ha despedido a lo grande justo donde dijo "hola" a la Primera División.

5 comentarios:

  1. Andrea, ojalá esté para el último en el Bernabéu, porque me da un ataque si no puedo verlo en directo una última vez en ese estadio con esa camiseta. A ese partido tengo que ir sí o sí. Así que el Gran Capitán, el que nunca hace nada, el pata negra, el señor de los anillos... ¡¡¡tiene que estar!!!

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  2. Tiene mala pinta.. Pero con gente como él nunca se sabe... :)

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  3. Como que de la marca Puma, es Kelme. Raul es eterno.

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  4. jajaj.. es Kelme, cierto, ahora lo corrijo!

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  5. Acaban de anunciar que su lesión necesitará más tiempo. Puede que hayamos asistido al último gol con la camiseta blanca de este jugador único. Se ha despedido a lo grande justo donde dijo "hola" a la Primera División.

    No caera esa breva! viviendo del pasado nos va como nos va...

    Eterno 7?? hasta que se retire y lo adopte Cristiano!

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