Otra vez Messi

No hay mucho que decir a las 23.19 horas de hoy que no se haya dicho sobre él ya. Han pasado veinticuatro horas después de su última proeza, un día entero escuchando adjetivos hacia el argentino. Otra vez la vuelta al debate de si es o no el mejor jugador de la Historia. Y ya no hay duda en que es el mejor del mundo. Cuatro goles en Champions contra el Arsenal, cuatro bombazos sin compasión. Pura avaricia. Digna y deportiva avaricia.
Messi juega con todo su cuerpo. Todos sus apéndices son candidatos a marcar gol gracias a esa insaciable necesidad que tiene de pasarlo bien ganando en el Barça. Y no sólo golea; también crea pases como aquél de "aguililla" que no convirtió Pedrito.
La "pulga" convierte lo que toca, la ambición goleadora en él no trasciende lo deportivo. No hay codicia insana. Le da igual salir en uno que en un millón de anuncios, no lo necesita para ser feliz. Sólo quiere un balón que tocar, marear, pisar, retocar, pegar y marcar. Y nosotros disfrutamos como vouyers con sus gestos. Nos da igual el color de su camiseta, la razón de la nuestra. Participamos de sus hazañas, nos asombramos pese a la evidencia, nos llevamos las manos a la cabeza... Y no queremos otro si no es el infinito Lionel Messi.

(Video:Fox Sports)