Me explico: Yo ya he vivido ser campeona del Mundo con la selección de baloncesto. Fue un día innolvidable, imagináos, bueno, lo sabéis. Sin embargo, no me invadieron estos nervios. Los días que pasaron de la semifinal a la final no se me hicieron tan largos y eso es porque no es comparable lo que mueve el fútbol en este país con lo que mueve el baloncesto. El fútbol está presente en cada conversación. Y España hoy es más futbolera que nunca.

Hoy deseo con todas mis fuerzas bañarme en la misma fuente que me bañé en 2006 con el Mundial de Japón. Hoy no tengo presente como en el partido de cuartos todas aquellas penurias que nos impidieron avanzar, porque lo de hoy, jugar una final, nunca lo hemos hecho. Hoy quiero ver el sueño cumplido de mi gente, que es el mío.
Hoy no sé lo que pasará, y pase lo que pase sé que esta selección ya es una campeona que se merece todos los reconocimientos posibles... Mi corazón me dice que hoy no pegaré ojo.
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